Vida ‘freelance’ II: gestión del tiempo, organizar el horario y generar hábitos profesionales y personales
Una de las ideas más extendidas que existen alrededor de la figura del autónomo es que no tiene un horario definido. En el fondo tiene parte de razón ya que se es autónomo veinticuatro horas al día durante los siete días de la semana, y más aún cuando hablamos de sectores laborales como el desarrollo de software en el que priman labores intelectuales, ¿quién no ha estado pensando sin descanso en la solución a un problema en su ‘tiempo libre’? La mente no para.
En esta nueva etapa como ‘freelance’, una de las cosas que me planteé casi desde un principio era gestionar de la mejor forma posible el tiempo de mi día a día, el tiempo de mi vida. Tengo mi casa con mujer e hija de cinco años, tengo una vida profesional que me apasiona, una vida ‘personal’ con actividades que me gustaría seguir haciendo, una vida social fuera de las tres anteriores y sobre todo, un límite máximo de veinticuatro horas al día para gestionar mis prioridades. Esta palabra es muy importante en todo este tema, prioridades. Es definitiva, el objetivo es ser dueño de mi tiempo y liderarlo para sacar de cada minuto la mayor satisfacción posible.
Tiempo limitado, tiempo suficiente
Seguro que has pensado alguna vez, o al menos escuchado, “…yo no tengo tiempo…”, “…imposible, no puedo, me faltan horas al día…”. Uno de mis primeros cambios en la gestión del tiempo fue ser plenamente consciente del límite de veinticuatro horas que tiene un día. Me sirvió para quitarme de la cabeza ideas como la anterior “…me faltan horas…”, que lo único que me aportaban era pensar en que si yo tuviera más horas al día, podría hacer más cosas. Cuando, precisamente, es al contrario, no me faltaban horas para hacer todo lo que yo quería, sino que lo que tenía que hacer era definir realmente lo que yo quería a través de establecer una serie de prioridades personales y profesionales. Me hacía falta tener claro lo que de verdad me aportaba valor a mi vida que siempre, siempre, siempre, tiene que ver con lo que de verdad me apasiona. Una vez definido, solo quedaba encajar esas prioridades en veinticuatro horas diarias. El tiempo es finito, es el que es. El tiempo no se puede gestionar, va pasando, lo que si puedes hacer es gestionar tus intereses y prioridades y como las vas adaptando a ese paso del tiempo.
Orden y progreso
Este es el lema de la bandera de Brasil: “Orden y progreso”. Así de primeras suena bien, ¿verdad? Hace ya mucho tiempo que me llamó la atención esta frase y de manera interna la voy repitiendo de manera consciente y constantemente en muchas situaciones de mi vida, normalmente cuando tengo la sensación de pérdida de control de la actividad que esté realizando. Cuando programo y veo que me estoy liando…paro, pongo orden, y progreso poco a poco nuevamente.
Orden y progreso es un término que proviene de una frase de Auguste Comte, exponente de la ideología y filosofía del positivismo: «L’amour pour principe et l’ordre pour base; le progrès pour but» — « El amor por principio, el orden por base, el progreso por fin», en francés.
En mi opinión, la gestión del tiempo necesita el desarrollo de dos habilidades personales: orden y compromiso. Orden significa saber colocar cada prioridad personal y profesional en el momento en el que le corresponde en el tiempo. Compromiso significa mantener un contrato contigo mismo de cumplimiento del orden establecido, es decir, ser consciente de que tienes un deber que cumplir de forma que lo mantengas en el tiempo hasta el punto justo en el que seas capaz de generar un hábito correcto de vida. Entendiendo por correcto aquel que satisfaga a cada uno de manera persona y profesional.
Un calendario
Tenía claras las prioridades y tenía claro el objetivo, pero sentía que todas estas ideas relacionadas con la gestión del tiempo las tenía que plasmar de alguna forma. La costumbre hizo que lo primero que hiciera fuera buscar aplicaciones para el móvil, encontré varias y ninguna me convencía. La casualidad hizo que hace ya varias semanas me tuviera que sentar con mi hija para hacer su calendario de actividades semanal. ¡Eureka!. Eso es, un calendario, un simple calendario en un papel situado en un lugar muy visible en mi mesa de trabajo haría que tuviera siempre presenta el ‘roadmap’ de mi día a día.
Este calendario lo tengo pegado en la pared, casi a la altura de los ojos encima de mi mesa de trabajo diario. Es como un vigilante, hace que no me desvíe en el día a día sobre que debo hacer y cuando. Está diseñado pensando en todas esas prioridades que considero me aportan más valor en mi día a día y las mejores horas para hacerlas. Antes de comentar algunos detalles del mismo, es necesario entender un par de cuestiones: Si, me levanto muy temprano. Me encanta, aprovecho muy bien el tiempo a esas horas algo intempestivas. Claro que, por otro lado, me acuesto muy temprano también.
Algunos detalles del mismo son los siguientes:
- Color naranja, tiempo dedicado a formación: La primera hora del día. Creo que, profesionalmente, soy una persona que siempre está en constante período formativo. Pero ahora, además, quería establecer un tiempo diario de formación principalmente por dos motivos. El primero, como ya comenté, orden. Además, no únicamente estableciendo un orden temporal de dedicación, sino que además, orden siguiendo cursos con un sentido y objetivo definidos. El segundo, tener la seguridad de que mi compromiso con la formación es lo suficientemente importante como para dedicarle al menos una hora al día como mínimo. La formación de hoy estoy seguro que me dará de comer en el medio y/o largo plazo.
- Color azul, tiempo dedicado a trabajo: Lo he dividido en tres bloques. Creo que esto me viene bien. La experiencia me dice que, de modo general, incluido yo, trabajar durante muchas horas seguidas suele tener como consecuencia una pérdida de rendimiento conforme pasa el tiempo. El descanso mental es necesario. Por eso, prefiero dividir este tiempo y cada bloque estar con las menores distracciones y máxima concentración posible. El tiempo de trabajo implica, por supuesto, programación, gestión comercial, facturación…etc.
- Color rosa, Inés: Mi hija. Para mi, sin duda, las mejores horas de cada día. Llevarla al cole y recogerla a mediodía. Además, este año como aliciente tenemos un remolque para la bici que usamos todos los días. Es que lo tengo que poner, no me aguanto:
- Color verde, deporte: Im-pres-cin-di-ble. Tener un rato de actividad física diaria en una profesión como la nuestra en la que pasamos demasiadas horas sentados debería ser obligatorio para todos. El cuerpo es nuestro vehículo de vida y mantenerlo con un buen estado de salud nos proporcionará la suficiente fuerza y energía para el día a día. Siendo autónomo, si cabe, tiene un poco más de importancia ya que dependes exclusivamente de ti mismo y mantenerte sano es clave personal y profesionalmente.
Dos detalles más: Celdas en blanco…básicamente, tiempo de familia o tiempo para otras tareas que surjan. El domingo es libre, me permito hacer laboralmente lo que yo quiera o necesite hasta las 11:00, incluso no hacer nada si no fuera necesario.
Mejorando la toma de decisiones
Tener un horario para mi ha implicado compromiso de cumplirlo. Como cuando íbamos al cole, gracias a tener un horario podíamos planificar las asignaturas o tareas del día siguiente. Ahora es parecido.
De manera explícita, con una decisión he evitado múltiples decisiones diarias, es decir, una vez decidido el horario he dejado de estar tomando decisiones cada mañana sobre como va a ser mi día a día. Ya no hace falta pensar que hago mañana, a que hora lo hago, como compagino mi vida personal y profesional, cuando llevo a cabo las tareas pendientes…etc.. La decisión ya está tomada. La división ya está hecha. Para mi, planificar, significa reducir estrés. Generar hábitos, significa crear un sistema que proporcione la tranquilidad de estar haciendo lo que se debe cuando se debe, es decir, la tranquilidad de estar haciendo lo correcto en el momento oportuno.
Ser flexible
Eso si, hay que ser prácticos y flexibles. Si la carga de trabajo aumenta por el motivo que sea para cumplir con plazos de entrega se puede modificar el horario, aumentar horas o reducirlas de algún sitio pero siempre teniendo en mente que debe ser de manera puntual. De nada sirve tener un horario si no se va a cumplir. Si adquieres el compromiso debes hacer el esfuerzo por llevarlo a cabo. Pero si las circunstancias llevan a tener que modificarlo, se hace y, en cuanto se pueda, se vuelve a la rutina.
Tres semanas
He querido escribir este artículo después de tres semanas cumpliendo con el horario y las prioridades que fijé en su momento. He de decir que la sensación de aprovechamiento del tiempo que tengo es muy muy muy alta porque he conseguido llevar todo lo que me gusta en mi vida…a cada día.
Entre 21 y 66 días dicen que es necesario realizar una actividad para generar un hábito. Tres semanas cumpliendo un compromiso para seguir comprometido con él mucho tiempo más.
Eso es todo por el momento. Como siempre, cualquier comentario, sugerencia, correción…etc., son bienvenidos.
¡Chimpún!